La conciencia metalingüística (CM) y la argumentación ya han sido estudiadas por separado. En cuanto a la CM, algunos autores han profundizado en los aportes de dicha habilidad en los procesos tanto de lectura como de escritura. Gombert, (1992) plantea que, a muy temprana edad, las personas pueden analizar la estructura del lenguaje separadamente de su significado y se ha comprobado que aquellos sujetos que presentan problemas en lectura y escritura igualmente poseen problemas en las habilidades metalingüísticas.
Igualmente, los estudios explican este mismo fenómeno en el marco de la licenciatura de lenguas extranjeras, como lo reporta Orrego y Díaz (2010) en un estudio sobre el uso de estrategias para el aprendizaje de inglés y francés en una universidad pública de Colombia. Las autoras constataron que los estudiantes tenían dificultad en el uso de estrategias cognitivas y que esto afectaba otros procesos, tal como lo expresan a continuación:
Los estudiantes tienen concepciones muy básicas sobre lo que es el aprendizaje de la lengua extranjera; no tienen claridad sobre cómo se da el desarrollo de las habilidades propias para el dominio de una lengua extranjera y sólo ven que esto es un asunto de práctica y de tiempo. Además, las actividades de estudio que realizan no favorecen el ejercicio de procesos cognitivos de orden superior, como la interpretación, la inferencia, la transferencia, el pensamiento crítico, creativo, reflexivo, dialéctico, entre otros.
Así mismo, en la revisión de la literatura, se estableció que la metalingüística, aunque es una ventaja del bilingüismo, es adquirida en niveles muy diferentes y que en algunos casos el nivel de la L2 sobrepasa el de la L1.
En cuanto a la competencia argumentativa, varios estudios han evidenciado que tanto en L1 como en L2, los estudiantes ingresan a las universidades con deficiencias en los procesos argumentativos, o que no poseen niveles argumentativos esperados para estudiantes en formación universitaria (Loaiza, 2016; Sánchez y Larrús, 2012).
Sin embargo, algunos autores ya han resaltado la falta de investigaciones que nos permitan entender la relación existente entre la habilidad escrita argumentativa y otras habilidades como la CM. Seura (2016:182) argumenta esta situación en su estudio de la siguiente manera:
A pesar de la importancia de la escritura como medio de adquisición de conocimientos y del vínculo del desarrollo de la escritura con las habilidades metacognitivas, no existen muchos antecedentes empíricos de trabajos orientados en esta línea en estudiantes universitarios. Por ello se observa con preocupación este problema que se evidencia en los malos resultados que obtienen los alumnos en las tareas de producción y comprensión textual.
Este vacío conceptual se percibe en la búsqueda de la literatura, que permite sostener que las investigaciones en el campo de CM están orientados a dos aspectos en general: 1) Estudios de la conciencia fonológica de los niños y la relación con los procesos de lecto-escritura, 2) Estudios de la conciencia metalingüística en niños y la relación con los procesos de lecto-escritura. Además, se observó que los estudios sobre la CM se han abordado en el campo del bilingüismo, pero poco se ha relacionado con la escritura argumentativa en el contexto de formación bilingüe y mucho menos de manera comparativa con la lengua materna de los sujetos bilingües
Igualmente, se detectó que los mecanismos de medición de la CM en muchas investigaciones no permite diferenciar una habilidad lingüística de una metalingüística, por lo que esta propuesta de investigación buscará realizar un estudio que combine diferentes tipos de tareas y que aporte un mejor y completo análisis que sobrepase los juicios gramaticales de correcto e incorrecto predominante en las investigaciones en el campo de la metalingüística.
